¿Te has preguntado por qué a veces repites formas de actuar que te hacen daño?
A veces el dolor no empezó contigo… pero sí puedes sanarlo. Desde la psicología y las constelaciones familiares, te acompaño a mirar tu historia con amor, comprenderla y transformarla.
Conóceme...
Soy Diana Carolina Galvis, psicóloga y consteladora familiar, especializada en acompañar procesos de transformación personal profunda.
Mi enfoque une la ciencia de la psicología con la mirada sistémica, integrando herramientas terapéuticas con la comprensión del linaje familiar. Trabajo desde una mirada humanista, existencial y emocional, priorizando tu bienestar integral.
✨ Te acompaño a comprender tus emociones.
✨ Sanar vínculos familiares.
✨ Reconectar con tu propósito.
Conoce nuestros
Servicios y Productos
¿Por qué sanar tu linaje
transforma tu vida?
Rompes patrones repetitivos en relaciones y decisiones.
Liberas tu presente de cargas emocionales heredadas.
Construyes relaciones más sanas con mamá, papá, pareja e hijos.
Historias de éxito que
Inspiran
" Con Diana he tenido varios talleres y también he Constelado.
La verdad es un antes y un después en mi vida sin duda le recomiendo a todo el mundo que se dé este regalo tan maravilloso.
Que es encontrarse con uno mismo y además poder ver desde otro punto lo que tanto duele a veces.
Es un regalo Maravilloso para el alma."
— Natalia Ramírez, 38 años
“ Mi proceso con Diana Galvis ha sido, sin exagerar, uno de los caminos más hermosos, sanadores y mágicos de mi vida. Llevo un año en terapia con ella, y en este tiempo he sentido su acompañamiento constante y profundo en todos los sentidos. Diana es una profesional excepcional, pero también una mujer luminosa, atenta, carismática y amorosa. Su ternura y sabiduría hacen que uno se sienta sostenido con respeto y sin juicios, incluso en los momentos más difíciles.”
— Laura González , 32 años
“Entre la terapia y los talleres de sanación, aprendí a soltar lo que me pesaba y a reconectar conmigo. No fue rápido ni fácil, pero sí real. Hoy me siento más liviana, más feliz, más valorada… y también más valiosa. Esta experiencia ha sido increíble.”
— Ana María, 30 años